Nunca supe decir adiós. Con el tiempo aprendí a darme la vuelta, a caminar de frente sin girar la cabeza. Siempre sin decir adiós. Hoy le encontré una vez más, caminando por la misma acera y allí nos cruzamos de nuevo. Una suerte, nunca nos despedimos, el reencuentro ha sido sencillo.
Lou Reed -
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