lunes, 22 de abril de 2013

MISTERIOS DE MUERTE AZUL


"Porque es una lástima muy grande no decir nunca lo que uno siente".


Me ahogo. Me ahogo y tú no lo ves. Me ahogo, y duele. Pero no sé decirte si lo que lastima es el aire que no llega porque los pulmones se cierran al pronunciar tu nombre, cerrojo oxidado que me pudre la garganta y corrompe el aire.


Me ahogo y no te importa porque ya no ves nada, ni nada quieres ver. Te convertiste en la compañía ciega de la que escapo a medias, en la métrica tortuosa y nefasta que emborrona cualquier cosa.


Y mientras me ahogo, espero que te ahogues también, y que cualquier posibilidad de sobrevivirme se convierta en el lastre que te arrastre y te convierta no sólo en ciego sino también en mudo, o mejor en la sombra de algo olvidado porque sólo así estarás muerto y no volverás a arrancarme el poco aire que necesito y que te llevas cuando, sordo, miras a otro lado.




 

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