Al abrir las contraventanas, pese a que el día amanece plomizo, sé que no va a llover. Tengo que colocar las cuatro cosas que traje dentro de la bolsa, aunque es lo último que me apetece hacer. No es la pereza.
Me entretengo contemplando la salida del sol, y en el “Ya no te necesito” que resuena aunque él no lo haya pronunciado jamás, pero lo sé.
La culpa es de Miller, de Arthur Miller.
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“Parecía que nadie pudiera respirar. Era tal la expresión de dolor y asombro en el semblante de Ben que por un instante dio la impresión de que fuera a desmayarse, y Martin esperó que ella continuara y que expusiera algún hecho concluyente acerca de él que caería de su boca como una piedra o un pequeño animal. Y, al mirarlo, todos sabrían, y él también, qué clase de individuo era".
Tú te sabes el contexto. Yo, la verdad, no lo he cazado muy bien.
ResponderEliminarUn beso.
Entonces es que es una mierda como un gabán.
ResponderEliminarBss
Bueno, a mí, sí me sirve. Como todos tus post, Anita; querer es quererlo.
ResponderEliminarAh, y hoy es 41 de mayo, así que ya no lloverá :-)
Es cierto. Estamos a 41 de mayo :)
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. bss
Anita, menos mal que él no lo dijo con sus palabras, sino sólo con sus actos: no hay por qué ser sádico con la gente cercana.
ResponderEliminarNi con la otra, claro.
No hay que ser sádico, ni prologarle la agonía a nadie, no?
ResponderEliminarIknowIknowIknowIknowIknow
ResponderEliminar:)))))))))))))))))))))))))))))))
ResponderEliminar¿Ha despejado ya, Anita?
ResponderEliminar¡Menuda canción!
A juego con tu texto, está clarísimo :)
A veces el encapotamiento dura unos días, nada grave, al final siempre sale el sol
ResponderEliminar:)
Encapotadas vamos las mujeres, a veces. Si ellos supieran atrapar al vuelo ese animal o esa piedra que nos pesa en la boca. Si nosotras pudiéramos convertirnos en roca y dejar las tormentas pasar, pero....
ResponderEliminarEse pero es el que nos mata. Bienvenida Belkys :)
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