“Yo ya no era yo, era
otro, y precisamente por eso era otra vez yo.
A la dulce luz del amor, reconocí
o creí deber reconocer que
quizá el hombre interior sea el único que en verdad
existe.”
El día amanece con un caparazón
negro como el ala de un cuervo enfermo y doscientos millones de lágrimas que se
derraman sobre las aceras sucias. Llevamos días así y es imposible
escapar de cierto desánimo que impone el tiempo. Son cosas de las tormentas que
no cesan, que devoran la energía y convierten cualquier gesto, por menudo que
sea, en una empresa tan costosa que es difícil no abandonarse a la indolencia
que provoca el encierro medio voluntario, medio obligado, pero encierro a fin
de cuentas. Y aunque es domingo y se respira la tranquilidad que da el saber
que no hay urgencias, algo indefinido se cuela por entre el ánimo, lo embebe
todo y ya nada es normal. Puede que sea esa anormalidad la que traiga el
recuerdo de lo pendiente, de lo que el día a día, la premura de las
necesidades, arrincona lo que uno quiso convertir en accesorio. Pero el tiempo,
quizá el exceso de electricidad en el ambiente, empuja a lugares que creíste abandonados a su suerte. Y hay algo, algo que no se toca, ni se ve, algo que ni siquiera puedes oler pero que te arrastra y te devuelve a aquellas veredas en la que dejaste parte de ti y de lo que
quisiste. Y piensas, no sin cierta inquietud, que la única manera de solventar algunos desajustes vitales
pasa por abrazarse a su cintura indefinida y no esperar nada, nada que no sea
un simple “siempre estuve aquí”. Pero la lluvia borrará la tarde y la noche
arrastrará el domingo y volverán las rutinas, las prisas y el polvo para enterrar algunos desvaríos, aunque no habrá mayor desdicha que no poder saber qué
es eso que escuece y que nunca termina de desaparecer.
los domingos son para recordar de todo (mientras se pueda).
ResponderEliminarY de lo bueno, lo mejor.
EliminarMe ha gustado muchísimo esa descripción del tiempo que nos vive.
ResponderEliminarMuchas gracias Nené. Me ha hecho mucha ilusión verte por aquí :)
EliminarMe he sentido identificada en este bello ejercicio de introspección.
ResponderEliminarGracias.