viernes, 27 de marzo de 2009

LA CONCILIACIÓN, MENUNDA COÑA MARINERA


Miro la foto que hoy publican todos los periódicos, la de la Eurodiputada Hanna Dahl, y me dan escalofrios. Los que vivimos en las "sociedades del norte", los "paises desarrollados", nos estamos equivocando mucho, pero mucho, mucho. Durante años se nos ha llenado la boca hablando de conciliar la vida laboral con la vida familiar y, en realidad, no hemos conseguido gran cosa, por no decir prácticamente nada. 

Me repiten los escalofríos sólo de oir, lo que he oido esta mañana: "¡Qué bien, las eurodiputadas pueden tener con ellas a sus bebes mientras trabajan en la camara". La foto demuestra que hoy por hoy conciliar en el caso de la mujer, y en la mayoría de situaciones, es un imposible ¿Acaso alguien cree de verdad que es una estampa bonita, encantadora, la que hoy vemos en la prensa? Para mí es una estampa horrorosa, un bebé entre dos micrófonos, encima de una mesa, mientras su madre toma la palabra en una cámara que se supone nos representa a todos. 

La finalidad de conciliar, entiendo yo, supone, entre otras cosas, dejar de hacer algo para poder hacer otra cosa distinta sin que la primera interfiera en la segunda y al revés. Entendiendo el "dejar de hacer" una cosa para que no interfiera en la otra. Pero, la simple presencia física, sin poder atender a lo que en ese momento debes dedicarte creo que sólo duplica el estrés y supone, como casi siempre, hagamos dobles jornadas: la laboral y la familiar, abandonando totalmente nuestra vida personal, la simplemente nuestra, para al final terminar con los nervios de punta y la sensación de las cosas hechas a medias.

La verdadera conciliación está por llegar.

1 comentario:

  1. Nadie puede intentar la conciliación con la vida familiar sin conciliar la suya propia con su trabajo.

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