viernes, 23 de diciembre de 2011

BAILO Y OLVIDO


Hace casi un año me apunté a clases de tango. Desde entonces, todos los viernes, a la caída de la tarde, me calzo unos altísimos zapatos de tacón y, durante algo más de hora y media, marco pasos, doblo, redondeo ochos y vuelvo a empezar. Es un impulso, una atracción fatal hacia todo lo que huele a Argentina, a los psicoanalistas, las milongas, el tango, el mate y los alfajores.

Un buen montón de tópicos apuntalados a base de café, de alucinar con  Soledad Villamil, de cenas de entraña y vacio, de milongas y tangos en noches inacabables, con esperas inexplicables y helado de dulce de leche para atemperar males invisibles.

Aprendí a bailar el tango para olvidar y sigo aprendiendo para seguir olvidando.


casa musica- argentino paso tango -


 

4 comentarios:

  1. Estarás conmigo que los argentinos hacen unas "pelis" muy aburridas.
    Dicen que los primero planos a cámara fija, a un metro de la cara los inventó Hitchcock, con el fin de que se viese el miedo en los personajes. Pues no, fueron los argentinos, no para instantes, no, no, no, para largos diálogos. Lo del psicoanálisis les va, son diálogos, hurgar en lo íntimo pensando que cura. Y lo del tango, si profundizas en la historia, está entre italianos y españoles.
    Un chucho.

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  2. Pues no puedo estar contigo, me encanta el cine argentino, esos primeros planos llenos de monólogos o diálogos incabables. Esos rollos eternos a mi me apasionan. Y el tango, sí tiene mil influencias pero a mi me apasiona.
    un beso.

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  3. ...¿aburrido?... ¡pero si es fantástico!...

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  4. El cine argentino me parece fantástico.

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