He invertido mi reloj vital, son las cuatro de la madrugada. No puedo perder un segundo. Lo quiero todo. Mil lugares, mil sitios, mil charlas, mil “tú” y absorberlo de manera indisoluble, partícula a partícula. Sólo así sé que en el último segundo no me apenará que el mundo prosiga indiferente cuando yo no esté, Me llevaré parte de él conmigo. Pienso en azul y en Skandia sky. Es extraño.
No merece la pena. Te irás de este mundo con una indigestión muy grande, mi cielo.
ResponderEliminarUn beso. Buen sabbat
Ay! No me digas eso....sábado bajo el sol de medianoche. Bss
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