Un buen puñado de horas bajo el influjo de unos calcetines verdes, unas medias de lunares y el abrasador sol de la primavera postnuclear.
Unas cuantas horas presididas por: Un hipopótamo, tres jirafas, seis monos espantosos, cinco zumos de piña, cuatro bolsas de patatas onduladas (nunca sin ondular), dos bolsas de palitos al aceite de oliva, cuatro huevos kinder, dos delfines, tres avestruces, dos bolsas de pipas, un par de cervezas, tres coca-colas zero, un bote de crema solar "Isdin" protección 50, los resguardos de los billetes de avión, cuatro hamburguesas, cuatro helados de vainilla. Algunas carreras, dos rasguños en las rodillas, dos llantos desbordados y mil risas contagiadas. Un autobús, dos cabras, seis conejos y la exclamación permanente de "mamma mia".
Y al final, unos calcetines verdes, unas medidas de lunares que duermen en la parte trasera tras descargar mil amores antes del adiós. Estoy muerta pero, sin duda, volvería a repetirlo. Al final eso es lo que queda.
© Fotografía AN=NA
Por esos calcetines verdes y esas medias de lunares uno es capaz de cualquier cosa, ¿verdad? ;-)
ResponderEliminarSon la bomba. Sí :)
ResponderEliminarYo duermo siestas con mi gato, viajo todo eso, y me levanto en forma. Ceno una ensalada de bonito y tomate, y me vuelvo a acostar, sólo, sin mi gato. No sé.
ResponderEliminarA mi la selva en las ciudades no me gusta.
Un beso
yo ceno sin el gato, tiene tendencia a lanzarse al bonito. Buen día Kenit.
ResponderEliminarposiblemente ningún nutricionista recomendaría una aventura así, pero qué coño! un día de soleada primavera postnuclear en el zoo(no)lógico, es un día!!
ResponderEliminarLa dieta fue fatal, mis michelines de lunes así lo atestiguan pero es que es así, "que coño" si de aquí nada nos vamos a quedar todos calvos.
ResponderEliminarBesos Raul