A las 23 horas de un 27 de abril de hace ocho años falleció mi padre. Pasan los años y uno aprende a sobrellevar las ausencias. Creo que no ha pasado un momento del día de hoy que no lo haya tenido presente.
Podría escribir muchas cosas, pero no se me ocurre nada mejor que dejar uno de los chistes más tontos que he escuchado en mi vida pero que a él le hacían desternillarse de la risa.
Pues eso.
Mi padre también disfrutaba con el aparentemente absurdo humor de Eugenio. Como el tuyo, falleció en abril, hace veintisiete años ya, y todavía lo llevo en mi pensamiento a diario y en el corazón a todas horas, y eso no se pasa.
ResponderEliminarNo, no se pasa.
ResponderEliminarEugenio, tenía un humor genial.
ResponderEliminarEugenio, a veces, erea un genio.
Sí lo era. Ayer me dí un recital de youtube, entre unas cosas y otras fue en rato de llanto desternillantemente divertido y nostálgico. Me hago vieja Kenit. Besos
ResponderEliminarUna fortisima abraçada Anita.
ResponderEliminarMerci Poma :)
ResponderEliminarme parece un recordatorio precioso, un homenaje perfecto. me he puesto a pensar en cosas que me recordarían mucho a mi madre si ella muriera, y la verdad, me vienen fácil a la cabeza, pero prefiero ni pensarlo.
ResponderEliminarGracias Raúl. Cada cosa en su momento, ahora toca que os disfruéis :)
ResponderEliminarUn precioso homenaje a tu padre, seguro que te ofrecerá la mejor de sus sonrisas.
ResponderEliminarGracias Sergio. Creo que si lo leyera se sonreiría y me llamaría "bleda" :)
ResponderEliminarBienvenido
Genial Eugenio.
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