lunes, 9 de abril de 2012

MERCYLESS TIME


En una esquina, pegado a una madera, colgaba un calendario con forma de taco. Día tras día, sin fallar uno sólo, una u otra, subíamos a la silla para arrancar la hoja que durante veinticuatro horas había presidido un rincón medio oculto en el comedor.  El paso del tiempo se medía por cosas sencillas: la llegada del fin de semana, los campamentos de verano, un cumpleaños, unos zapatos nuevos. Pero la evidencia de que el tiempo pasaba eran esas hojas pequeñas que, día a día, aligeraban la madera que las sostenía.

El tiempo era un elástico infinito.

Pero su cadencia inflexible es terriblemente engañosa. Ya no arranco hojas a un calendario. Dejé de tachar los días cuando las horas eran insuficientes. Nunca son suficientes y el elástico parece no poder dar más de sí.

En la cocina, pegados en la puerta del frigorífico, decenas de papelitos engomados, notas que me recuerdan que el paso del tiempo tiene sus propias normas, sus propias penitencias y que tensar en exceso la goma sobre la que se sostiene acaba por romperla y golpearte, inmisericordemente, en la nariz.

6 comentarios:

  1. El tiempo, oh. Hubo quizás un tiempo muy ancestral que no era tiempo... El tiempo existió cuando se hizo mesusrable por periodos y hechos concretos: dia y noche, movimientos percibidos y contados, reloj de arena dándole vueltas,vibración del cuarzo,quantos de un electrón, los latidos del corazón…impulsos armónicos y exactos que valen para medir con sus referencias de lo anterior. Todo un gran engaño. El tiempo científico es lineal, sólo existe el envejecimiento de las cosas, lo que va hacía la entropía cero, las células que mueren, etc. Un gran engaño el tiempo, porque ha sido inventado por nosotros para que no choquemos unos con los otros. El tiempo no existe, cuánticamente es una progresividad, lo muy diminuto birla su existencia al tiempo, no se rige por el tiempo, no lo controla, no se rinde a él. Si te gustan las matemáticas, (si eres de letras, ni se te ocurra), dale unas vueltas a la teoría de la incertidumbre del narigudo Werner Karl Heisenberg, él ha vislumbrado un poquito. De todas formas tus referencias en tu nevera te engañan. Esos papelitos sólo forman parte de tu biografía.

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  2. La física cuántica me supera. El acercamiento más cercano que he tenido a Werner Karl Heisenberg, fue a través del desaparecido Dr. Orlac. Así que casi prefiero seguir midiendo el tiempo según lo que tardan en cocer mis galletas en el horno, o el tiempo que pasa entre citología y citología. Lo demás, pues demasiado espeso para mí que, como sabes, soy de letras y con cierta tendencia a pasmar espamódicamente entre los libros de Vila-Matas.
    Un besazo,querido

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  3. Sí. Tienes razón. No es mala idea la tuya. Yo me obsesiono mucho por algo que no tiene explicación…
    El Martin Heidegger, intentó algo con el Ser y el Tiempo, y dicen que cuando corregía galeradas de imprenta, él mismo se tiraba de los pelos porque no entendía nada de lo que había escrito. Que eso pasa mucho ahora.
    En fin, me quedo con tu sistema.

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  4. Todos nos hacemos un poco de lío, yo misma ya no sé si voy o vengo, y eso me vuelve un poco obsesiva-compulsiva e incluso un poco bipolar como ya sabes. Supongo que de ahí los 100.000 post-it del frigo.

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  5. Lo que más me perturba de esa goma elástica que es el tiempo, es su repetición, su manera de calcar los días hasta que eres incapaz de diferenciarlos.

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  6. Es cierto. Por eso la gomas de pollo son una simple alegoría de la vida. circulares, anodinas y con el mismo principio y final.

    Bienvenido Luís

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