Repita en voz alta, muy alta, con entusiasmo, insistentemente, por ese orden y sin olvidar una sola palabra:
"TE QUIERO, TE AMO, NO HAY NADIE COMO TU, ERES MI INSPIRACIÓN y MI ALIENTO"
Si finalmente no se autoconvence, ni le convence, de todo ello, no se apure, la repetición firme y constante de los anteriores vocablos no le garantiza un amor desaforado, pero le proporcionará un envidiable poderío en el arte de la declamación dramática y un posible papel en un culebrón venezolano.
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