Dicen que el mundo se creó a partir del agua. Me seco y me convierto en nada. Perdida en la esquina de un mundo que no quiero, un mundo que me asusta por hostil, me abandoné en el fondo de tu pupila yerma. Me siento incapaz de derramar ni una sola lágrima por ti. Ni por mí.
Me convertí en el Mar de Aral.
No es bueno no tener lágrimas.
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