Cuando Ingrid Bergman, en Notorius, le dijo a Cary Grant que su amor era bastante extraño, y Cary Grant, sin dejar de hablar por telefono y con un poco convincente interés, preguntaba el por qué, e Ingrid Bergman, sin dejar de besarle entre miradas arrobadas, le contestaba "porque a lo mejor tú no me quieres", la Bergman estaba rendida, sin remision, a los encantos del guapo galán.
Poco importaba que Grant le advirtiera que cuando dejara de amarla le avisaría, e importaba bastante menos que (ante la insistencia de Bergman sobre si la amaba), contestara (con la certeza del que no ama), con un escurridizo "los actos son más importantes que las palabras". En ese momento, la suerte de Bergman estaba echada.
Notorius (Encadenados) contiene uno de los besos más bellos del cine que encierra una evidente trampa amorosa. Enmascarar lo que no somos capaces de pronunciar.
El amor no sólo se demuestra con gestos, requiere mucho más.
Necesitamos escuchar, de boca de aquel que nos acelera el corazón, un envolvente "te amo".
Necesitamos escuchar, de boca de aquel que nos acelera el corazón, un envolvente "te amo".
Y es que el cine es lo que tiene, nos muestra la magia del encanto de una vida que dura no más de dos horas y nos regala ficciones que nos emborrachan el momento. Pero, por suerte, nuestra existencia dura bastante más y las ficciones cinematográficas nos son insuficientes. Queremos nuestras versiones, las propias y a poder ser reales.
Junto a los gestos, necesitamos las palabras y necesitamos que esas, precisamente esas dos, se pronuncien con frecuencia, que nos suenen ciertas y nos fundan la razón. Es entonces cuando nuestro "Notorius" se transforma en algo mágico.
Jopé.
ResponderEliminarHay auténtica grandeza en esa escena.
¿Dónde cojones está la grandeza hoy en día? Quiero grandeza en color. ¿Dónde están los herederos de Grant, Bergman, el viejo Humph, Gregory "Atticus" Peck, Lancaster y cia.? Por no hablar de la Garbo, claro. Ya casi no hay grandeza, aunque sí hay buenos guionistas. Salvemos a Redford y a Streep, y a Duvall y Hackman.
Si esa misma escena la interpretan Julia Roberts y R. Gere suelto la pota fijo.
Esa escena es genial. No hay nada como aquel cine.
ResponderEliminarCreo que he visto esta película decenas de veces y, ¿sabes? no me canso nunca. Sí, soy compulsiva.
:)
Grant tenía un hoyito en la barbilla y las volvía locas, yo cuando era joven me lo dibujaba con un boli, sin resultados aparentes.
ResponderEliminarUn beso
Me ha gustado tanto, tu forma de comentar esta gran película que lo comparto.
ResponderEliminarEsos hoyitos nos vuelven locas a todas, creo que son intemporales.
ResponderEliminarMuchos besos a tu hoyo impostado, Kenit
Oh! Poma, no pretendía ser un comentario a la película, en realidad era más una "paja mental" sobre la de veces que no le decimos a alguien que le amamos y la de veces que esquivamos el decirlo porque sabemos que no lo sentimos.
ResponderEliminarPero en todo caso, gracias.
Precisamente por no ser un articulo, estereotipado sobre cine, te ha salido una "paja mental", que trasmite en palabras, lo que se ve en pantalla.
ResponderEliminarDe nada.
...no entiendo como en un mismo país se puede hacer "Encadenados" y "Marmaduque"...
ResponderEliminarQuerido, en esta vida tiene que haber de todo, como en botica.
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