Ayer te eché de menos. Así, sin más, te eché de menos. Mientras pronunciaba esas palabras su esposa terminaba de abrochar el abrigo al más pequeño de los niños en la habitación de enfrente. Al otro lado, una mujer escucha mientras termina de preparar café para dos.
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“Si no me telefonea, sabré que Dios está enfadado conmigo. Contaré hasta quinientos de cinco en cinco, y si cuando termine no me ha llamado sabré que Dios no va a ayudarme, que no lo hará nunca más. Esa será la señal. Cinco, diez, quince, veinte, veinticinco, treinta, treinta y cinco, cuarenta, cuarenta y cinco, cincuenta, cincuenta y cinco…Lo que hicimos fue malo. Sabía que lo era. De acuerdo Señor, envíame al infierno. Crees que me estas asustando con tu infierno, ¿verdad? Crees que tu infierno es peor que el mío”.
Las supersticiones tienen ceremonias inverosímiles, la de contar no la sabía, Anita.
ResponderEliminarYo le hago una x a la puerta de casa antes de salir.
Buena noche.
¿Por cierto , antes de acostarte haces alguna ceremonia rara?
Un abrazon muy grande.
Yo es que soy mucho de contar. Supongo que para compensar que soy de letras.
ResponderEliminarOtro abrazote para tí también.
precioso blog. Acabo de aterrizar prácticamente en esto de los blogs y sinceramente, contenta de haberte descubierto.
ResponderEliminarsaludos!
Muchas gracias y bienvenida :)
ResponderEliminarDorothy , es única para expresar eso ...
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