Anteayer sólo tuve ganas de morirme. Intenté no ver el sentido trágico de la vida pero no pude evitarlo, así que me senté en el sofá, me tapé hasta la cabeza con una manta zamorana y me refugié en un bote de Nutella.
Me coloqué los diminutos auriculares del Ipod para escuchar las canciones más tristes de amor, y entre lamida y lamida del dedo corazón, lloré. Me acaricié los pechos, y les puse nombre a los dos, el mismo, Agata I y Agata II.
Seguí bajo la manta, hasta que me dormí, apretando contra el vientre dos calcetines de lana gruesa.
Me desperté a medianoche y leí, bajo la luz de una pila de petaca, las coplas de Rafael de León.
Quise morirme, morirme de verdad, porque el tinte me quedó fatal; morirme porque anteayer era lunes; morirme porque, por la mañana, la lujuria chocolatada aparecerá fundida en mis caderas, dejando el rastro de un enorme lamparón en mi camisa de popelín.
Por eso, por eso y por tí, recité "A tu vera" bajo el refugio atormentado de la acrílica lana, impostando la voz, mientras el gato me mira con ojos de misterio lunar.
Sigo bajo una gruesa manta ignorando el escatológico lamento de mediocridades lechosas.
Y me da la risa, y me muero de risa mientras escucho a Pepito Grillo voceando que nadie se muere de amor pero sí de una maldita intoxicación.
A TU VERA
A tú vera, siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Que no mirase tus ojos,
que no llamase a tu puerta,
que no pisase de noche,
las piedras de tu calleja.
A tú vera, siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya,
hasta que de amor me muera.
Mira que dicen y dicen,
mira que la tarde aquella,
mira que se fue y se vino,
de su casa a la alameda.
Y así mirando y mirando,
así empezó mi ceguera,
así empezó mi ceguera.
Que no bebiese en tu pozo,
que no jurase en la reja,
que no mirase contigo,
la luna de primavera.
Ya pueden clavar puñales,
ya pueden cruzar tijeras,
ya pueden cubrir con sal,
los ladrillos de tu puerta.
Ayer, hoy, mañana y siempre
eternamente a tu vera,
eternamente a tu vera.
The Gypsy Kings -
De amor se muere a medias, luego te mata la intoxicación porque tomaste algo en mal estado, porque estabas despistado, porque tenias mucha ausencia de amor. Porque porque y porque.
ResponderEliminarLos nombres de Agata me gustan.
Nunca te preguntare cómo son tus Agatas, por si te parece mal.
Solo las imagino, que no te parezca mal.
Podría soñar con ellas que no te parezca mal.
Un abrazo, y buen Viernes, o fin de semana, como tú quieras.
A gatas A gatas andaré, que no te parezca mal.
Una intoxicación de mayonesa, eso sí que mata, sobre todo la flora intestinal. Y no te preocupes, Agata I y II están en perfecto estado de revista, y la imaginacón es libre.
ResponderEliminarFeliz día de Agata y hielo. Besos
Es lo que tienen los bajones de serotonina.
ResponderEliminar:)
Yo es que me troncho. Ayer alguien me comentaba que echaba de menos una vena más dramática. Y entre eso y un par de zurres psicalípticos que leí por ahí, pues como que salió este otro zurre. Bon día Poma :)
ResponderEliminarNutella, manta zamorana y canciones de amor. Y un poquito de autocompasión. Hay que sacar fuerzas de donde se pueda. Las gominolas de Cocacola, las que llevan sidral por encima, también van muy bien.
ResponderEliminarClaro, ese es el kit perfecto. El próximo día "atraco" el pakistaní que tengo al lado de mi casa y acompaño ese disloque de gominolas de cola. Feliz fin de semana Teresa
ResponderEliminar;-)
...no sé quien dijo que nadie muere de amor, que lo que se muere es el amor...
ResponderEliminar...saludos a las Ágatas...
Morirse se amor es muy literario pero en la vida real lo que mata es una salmonelosis del quince.
ResponderEliminarLas Agatas recogen el saludo.
:)
Muy bien, cosas más divertidas son mejores, alegran la vida .Un beso
ResponderEliminarBien, bien, veo que lo has cogido Guisande :)))))))))))
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