viernes, 8 de abril de 2011

PENSAMIENTOS Y PAJAS MENTALES (II)


Hace algunas noches, me ensimismé con un documental de la televisión, hablaba de neuropsiquiatría. Un excelente reportaje en el que se trataban las cuestiones de un modo tan llano que hasta el más tonto del pelotón podía seguirlo sin ningún problema.
Al terminar, miré el reloj. Las tres de la mañana y los ojos como platos. Las horas brujas siempre me pasan rápido. Supe que no me iba a dormir y, como ando en época “un poquito más así”, se me disparó, sin poder evitarlo, un monólogo que a buen seguro iba a terminar en paja mental.
Calenté agua, coloqué la bolsita y, sentada en la terraza, parí una, otra más, paja mental.

Los humanos, contrariamente a los monos, a los que nos parecemos casi como dos gotas de agua, reinventamos el pasado e imaginamos el futuro, como formas alternativas a lo que somos. Mentiras de la vida, sin duda alguna.
Pero pensar en el pasado, practicarle la cirugía estética e imaginar un mañana que desconocemos, requiere poder situarse en ese momento preciso que ya ha pasado e imaginar ese que pensamos va a llegar.
Siempre me han sido sencillos los saltos hacia delante, pero nunca me dio por dar saltos hacia atrás, nunca me dio por imaginar, simular un pasado distinto al que tengo. Quizás, en algunos momentos, me acerco más al simio que a la mujer racional, intelectualmente y emocionalmente desarrollada que se supone que soy.
Nunca tuve problemas por imaginar futuros. Sin embargo, debe ser el chip de la racionalidad y que las suelas se me pegan al suelo de una manera cada vez más firme, que los desmanes imaginativos, respecto de mi persona y mis  cosas, siempre han sido muy comedidos. Y la realidad no termina distando demasiado de lo imaginado y en lo sustancial uno y otro convergen.

Con la perspectiva del tiempo, y con un reloj que me descuenta a pasos gigantes, soy incapaz de imaginar futuros y sólo vivo y me represento en el momento actual. No tengo espacio para más, no doy tampoco para más.
A fin de cuentas, nunca tuve la capacidad para “colocarme”, ni siquiera mentalmente donde no me correspondía.
Ahora lo pienso y puede que me haya perdido “algo”, o quizá no y sea por eso que esta “falta”, esta “imposibilidad” de situarme donde no me toca, de una manera propia, me hayan convertido, sin querer, en una lectora compulsiva y desordenada.
Pero ésto sólo es una paja mental. Sólo cosas y eso.

10 comentarios:

  1. tener el presente ordenadito ya es mucho. como yo soy de los del pelotón, que me hice la picha un lío con los saltos temporales de "regreso al futuro" y sus consecuencias, me apura pensar en alternativas cuánticas, con barrer la casa cada día me vale. pero claro, estoy bien, feliz. así es todo más fácil. anyway. espero que desbroces las pajas prontamente.

    ResponderEliminar
  2. Una llega a la misma conclusión que tú, con tener la casa barrida a diario ya me vale. Y es verdad, así, es más fácil y uno es más feliz. Como decía aquel "lo que é, é".
    En cuanto a lo de las pajas mentales, creo que ese ya es un mal que me va a perseguir eternamente, a esta altura de la película hasta me he hecho a ellas. Feliz fin de semana. Por cierto, me ha encantado tu último enlace, anycase.

    ResponderEliminar
  3. Estar bien ubicados en el tiempo. Envejecer como nos toca, sin más pretensiones, creo que es lo correcto, eso así, da menos problemas existenciales.
    Por ejemplo:
    A un ancianito como yo no le gustan las jovencitas.
    Yo prefiero diluirme con las mujeres de 45 a 58, por decir algo.
    Están buenisiiiisimas.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, hay que estar ubicado. En cuanto a la franja, cuando llegue te lo cuento. No sabes tu ná.

    ResponderEliminar
  5. Comparto tu paja Anita, coincido totalmente. Ubicarse es fundamental, y como bien dice Raúl, o la RAE, limpia fija y de esplandor CADA DIA .
    :) Buen finde a los tres.



    PD
    Kenit, es verdad estoy en la franja y estoy re-buena o ¿será rebeniá? ...

    ResponderEliminar
  6. ... si yo viera un documental de neuropsiquiatría a las tres de la mañana, no creo que estuviera para pajas mentales II... yo no doy mucho de sí, la verdad, y me engancho a la teletienda con facilidad...

    ResponderEliminar
  7. Ya ves, a mi me da últimamente por cosas muy raras. Suerte que no me engancho a la teletienda, acabaría comprando compulsivamente aparatos para hacer gimnasia y esas cosas.

    ResponderEliminar
  8. Los calificados como "humanos" nos diferenciamos de los monos en que somos capaces de imaginar nuestro futuro y, sobre todo, falsear nuestro pasado... Llámale pasado, llámale curriculum... ;-)

    ResponderEliminar
  9. Pensar en un hipotético futuro maravilloso puede estar bien para pasar el rato. pero el futuro es una ilusión y/o una desilusión, no lo conocemos, lo que podamos pensar de el es básicamente vanidad.

    ResponderEliminar
  10. Es complicado. Si el presente es una porquería es mejor recordar cosas buenas del pasado y ensoñarse con hipotéticas cosas buenas del fúturo, aunque sea una mera ilusión. Si el presente es bueno, disfrutarlo. Pero el presente pasa en un momento y enseguida es pasado. No hay que darle una excesiva importancia tampoco. Al final, en cierto modo, es como si nada.

    ResponderEliminar