lunes, 20 de septiembre de 2010

REFLEXIONANDO (YO, MI, ME, CONMIGO)


Voy sentada en la parte trasera del autobús. Siento predilección por esos asientos. Extrañamente, va vacío y sin embargo, a mi lado, aunque hay mil sitios libres, se sienta una mujer. Va pulcramente vestida y lleva un bolso gigante. Lo abre con cuidado y de su interior saca un artefacto protegido con una funda. Un libro electrónico.
Miro el que tengo entre las manos, una edición barata de Baudelaire. Tiene las tapas un poco dobladas. De él sobresalen algunos papelitos amarillos. Paso las páginas con un gesto rápido de mis dedos y veo algunas anotaciones en los márgenes.
Miro el portaminas que reposa sobre mi bolso y miro su libro, el de la estupenda mujer que viaja a mi lado. Contemplo la fotografía de mi contraportada y veo la etiqueta de la tienda donde lo compré. Aquel día llovía, pero eso fue hace mil años.
Entre las páginas llevo una fotografía y una nota. La primera la recuperé hace poco, la otra, la escribí yo misma en un trayecto de tren.
La mujer que está sentada a mi lado, mira mi libro, me mira a mí y sonríe. Lo hace con un poco de suficiencia y vuelve a su pantalla.
Me entristezco. Quizá sea el día o el tiempo, o esa tecnología que lo hace todo más eficaz pero que termina matando algunas cosas que para mi son fundamentales.
Me gustan los libros, los de papel. Me da igual que sean de tapas duras, blandas o encuadernaciones en piel. El gesto de acercarme a una librería, entretenerme leyendo entre páginas y elegir, es esencial. Necesito oler, tocar, ver. Debo ser un desastre, pero por el momento, aún sabiendo que el futuro pasa por el libro electrónico, yo, que soy muy mía, y cada uno de los ejemplares que tengo en mi casa, llevan una historia aparejada, continuaré comprando los libros de  siempre, los de toda la vida, esos que siempre tengo a mano cuando busco, no sólo lo que entre sus tapas guardan sino, incluso a veces, el recuerdo de alguno de los momentos que para siempre ya los acompaña.

Edith piaf - sou le ciel de paris

5 comentarios:

  1. Ya somos dos, y mi instinto me dice que muchos , más.

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  2. El futuro pasa por el libro electrónico. Puede ser, pero es el futuro de otros, no el mío.
    Bienvenida la tecnología, sin ella sería imposible este blog. Por ejemplo.
    Pero no podría vivir sin mis libros, mi portaminas, mis notas y mis librerías.

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  3. El iPad... ayer hablaba con una editora, y reconocía que es imparable. Por encima de todo, para estudiantes, para los niños que llevan tantos kg. de libros al colegio, para investigadores, para técnicos, para financieros, o simplemente para quien necesita, por ejemplo, la letra grande. Conozco a alguien que con 72 años ha vuelto a leer.
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    ...Y sin embargo, es por eso estoy en contra del iPad. Los estudiantes necesitan el grosor que da la importancia, el pasar página que tiene, por ejemplo, el valor de la comparación entre capítulos, o que "mi libro" no sea "tu libro". O ese libro de bolsillo que tienes en la mesilla, que sueltas sin cuidado al caer dormido, que amarillea, que se subraya, que tiene un marcapáginas que te trae recuerdos, que se compró en algún lugar. Mi texto no es tu texto, por más que sea el mismo título y edición. Pero mi PDF sí es tu PDF.
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    Lo físico, lo objetual, lo táctil... No sé. Quizás sea sólo que nos estemos haciendo un poco menos adolescentes.
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  4. Totalmente de acuerdo Pedro, yo lo siento porque tal vez sea útil pero yo, que soy muy mía, prefiero "perder" mi tiempo y romperme la espalda con los libros de siempre. Algunos se han convertido en un verdadero collage en su interior.

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  5. A mi también me gustan más los libros de siempre q los electrónicos. Buen post. Feliz día. Saludos cordiales.

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