sábado, 2 de abril de 2011

ALONE TOGETHER

 

Desde el taburete puedo ver toda la ciudad. Nada ha cambiado, tal vez alguna torre más, las grúas de la especulación interrumpida, pero la línea del mar continúa siendo la misma, confusa, inmensa, terriblemente azul.   
Un salto al pasado. El mismo lugar, la misma fotografía, la misma sensación de eterna quietud. Quiero pensar que sólo ha pasado tiempo, nada más. Los años y una distancia insalvable en lo corpóreo, nos  ha llevado a lugares distintos. El mío aquí, el suyo no lo sé. Pero a veces, de vez en cuando, sin motivo aparente,  regresa de ese limbo difuso en el que se escondió cuando dejó de ser quien era. Y lo hace para que no olvide que podemos vivir eternamente mientras alguien nos recuerde. Por eso sé que está vivo aunque su presencia se limite a ser una mirada sobre una ciudad que ha continuado creciendo, a ser una inspiración quieta que evita que todo se pare, a ser el olor de unos pinos que bordean la maltrecha carretera que asciende hasta este lugar, a ser el recuerdo de quien fue.
 ©Fotografía: naq

2 comentarios:

  1. Yo siempre que voy a Barcelona, si puedo, me gusta subir a Montjuic. Esa vista es tan difuminada, y tan amplia, si está despejado, que casi no se piensa. Como ves tú la ciudad es demasiado reflexivo e intimista. Debes abstraerte. Si te fijas bien, cuando miras una vista panorámica de una ciudad, sólo se ven almas que suben hacia el cielo. Van a Casa Dios, vete tú a saber.
    Yo voy mucho a Barcelona, y me gusta subir al Montjuit, algunas veces me gusta sentir los sonidos del puerto, pitidos largos de barcos que no sé a dónde van.
    UN BESO.

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  2. Esta ciudad es intimista y melancólica. La montaña de Montjuic tiene demasiados muertos sobre ella, los que reposan en un lado de la ladera y los que han ido muienndo en vida al otro. Pero sí, tiene algo especial, una vida que va por libre, y nada tiene que ver con los que vivimos en ella. La fotografía está hecha desde la otra montaña que nos encierra, desde el Tibidabo.
    Besos de sábado.

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