"Se conocieron y se gustaron. Nada excepcional. Los científicos lo tienen todo muy estudiado, han escarbado en el misterio del amor y han alcanzado conclusiones unánimes para reducirlo a una secuencia sencilla de reacciones hormonales de la que han informado puntualmente a los suplementos dominicales de los periódicos. Fabricaron fenilatinamina con las primeras miradas, las sonrisas cómplices, los comentarios banales. Y ambos sufrieron sendas descargas de dopamina que apresuraron las cosas -¿En tu casa o en mi hotel?-. Inundados por las ansias, andrógenos y estrógenos bailaron en la noche dentada del deseo. Las endorfinas fueron liberadas. Amaneció, y el bienestar, seguía estando allí, renovándose con cada gesto, con cada detalle."
Anita dixit: ¿Realmente es así? Si lo es, se pierde la magia.
Morrisey -
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