miércoles, 22 de diciembre de 2010

DIARIO DE UNA NOVELA -Chuck Palahniuk- (Fragmento)


"Aquella era la teoría de Peter sobre la expresión personal. Sobre la paradoja de ser un artista profesional. El hecho de que nos pasamos la vida intentando expresarnos bien pero no te­nemos nada que decir. Queremos que la creatividad sea un sistema de causa y efecto. Resultados. Producto vendible. Que­remos que la dedicación y la disciplina equivalgan al recono­cimiento y la recompensa. Entramos en la rutina de la facultad de bellas artes, de nuestro programa de posgrado, y practicamos, practicamos, practicamos. No tenemos nada que docu­mentar con nuestras excelentes habilidades. De acuerdo con Peter, nada nos cabrea más que el hecho de que un drogadicto, un vago total o un pervertido baboso creen una obra maestra. Como si fuera un accidente.
Algún idiota que no tiene miedo de decir qué es lo que ama."

Leonard Cohen - Chelsea Hotel No. 2



3 comentarios:

  1. Exacto y conciso tú relato. Quizás el arte tenga algo brutalmente genético que no distingue. Yo siempre creí que el arte que se busca de forma forzada es imperfecto.
    El arte requiere de alguna luz que surge en un instante y que por un momento se parece a una eliminación cósmica, no sé, puede llamarse como se quiera. Por eso el arte no distingue, surge con cualquier desarrapado y es sublime.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo Kenit. Uno puede dominar una técnica con una perfección absoluta y no "crear" nada. La creación tiene algo que atrapa, que transmite y eso, además de técnica y oficio (el que sea) requiere un algo más, una chispa especial que no todo el mundo tiene. Por eso hay tipos que pinta maravillosamente bien y sus pinturas no dicen nada, tipos que dominan la técnica escultórica, la de la escritura, la fotografía, incluso la orfebrería y sus obras no nos dicen nada por mucho que la técnica sea indiscutible.
    Hay algo que se lleva dentro y se nace con ello o no.

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