-Los tesoros son cosa de leyendas y de falsas historias de aventura. Otra cosa distinta es que hayan existido en la realidad.
-Yo no lo creo. Hay lugares fuera de la realidad que son más reales que ella. ¿Acaso no ha oído hablar de los monstruos de nuestra imaginación? Suelen hacernos más daño que si nos encontráramos uno de carne y hueso al girar la esquina. Y lo peor es que a veces no hay manera de echarlos. Ya me dirá si no son reales.
Ray quiso desviar la conversación, como el humo, hacia otro lado.
-¿Por qué ha decidido venir hasta aquí para escribir un libro?
-No importa por qué se hace algo, lo importante es que se haga.
Hubo tantas palabras más como cabrían en lo que quedaba de cigarrrillo.
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