miércoles, 22 de junio de 2011

PENSAMIENTOS Y PAJAS MENTALES (III)


He estado visionando unos videos sobre el comportamiento humano. Me interesa saber en que momento los niños tienen consciencia del tiempo, saber cuando son capaces de comprender que el tiempo transcurre y que ellos, al igual que los adultos, se mueven a través del él ¿O es el tiempo el que transcurre a través nuestro? Nunca lo tengo claro. Cosas mías, otra rareza más.
Para los niños pequeños el tiempo es un esfuerzo titánico, esperar un tiempo determinado a algo o alguien, que no sea inmediato, es una especie de tormenta ansiosa. Por lo general, tienen poca espera y sólo cuando consiguen entretenerse durante ese impás, su angustia disminuye, incluso desaparece.
Contrapongo lo visto a la actitud de los adultos, y salvo por la falta de consciencia del transcurso del tiempo en los niños, no somos tan distintos. Nos ponemos ansiosos, nos angustiamos, nos aceleramos al ser conscientes del tiempo que tiene que transcurrir para alcanzar o alejarnos de algo o de alguien.

Es así, el tiempo transcurre para todos, para los niños y para los que comenzamos el descenso de la colina vital. La diferencia fundamental, entre ellos (los niños), y nosotros (los adultos), es la distinta manera de ocupar ese tiempo de espera. Nunca he visto a un niño hacer un solo acto que le desagrade mientras se encuentra a la espera, salvo que se lo imponga un adulto. Por el contrario, los mayores, por mor de que ese tiempo transcurra, más rápido o más lento, somos capaces de hacer las estupideces más dolorosas del mundo.
Los actos de los niños pocas veces tienen consecuencias de gran transcendencia sobre su propia vida. Los nuestros, aún en momentos de fugaz transito, siempre las tiene.
Quizá por eso empiece a replantear los tiempos de espera y me convierta en una criatura que pierde la consciencia del tiempo. No estaría mal.
© Fotografía naq

9 comentarios:

  1. -¿Volver a ser niño?
    -Sí, sería genial.
    Un beso

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  2. Yo (que en el fondo soy y actúo como un niño), os veo raros... Pataleo cuando alguien me interrumpe un momento feliz y trato de alargar lo que más me gusta, caiga quien caiga...

    Lo que me diferencia de los niños es que, en vez de cagarme en el dodotis, lo hago en mi jefe... ;-)

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  3. Kenit, cre que sería genial aunque tal vez sólo un ratito y con posibilidad de ir y venir (Uy! creo que a eso le llaman inmadurez)
    Besos y feliz verbena

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  4. No Edu, no nos ves raros, somos raros, pero tu, guapetón, también. A mi también me fastidia que me interrumpan cuando estoy haciendo las cosas que me agradan.
    Cagarse en el jefe? Noooooooooo
    :)))
    besos y feliz verbena

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  5. And times goes by ...
    Pases o no del concepto (tiempo) aprovechalo ¡¡¡
    Fins dilluns.

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  6. La diferencia entre los niños y los adultos creo que radica en la creatividad, y sobre todo en no tener miedo a mostrarla. Te adjunto un enlace con un vídeo que quizá conozcas de Mr Ken Robinson abordando esa materia: http://superehore.blogspot.com/2010/11/educacion-y-creatividad.html

    Espero que te guste.

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  7. Creo que tienes razón. Poder crear y mostrarlo creado sin pudor o con un pudor relativo debe ser fantástico. Muchas gracias por el enlace lo veré.

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  8. Pues ya llegados a esta edad, querer convertirse en una criatura que pierde la consciencia del tiempo, me parece como querer comprar muchas papeletas para que a uno le toque un flamante Alzheimer. Que no, que por muchas vueltas que le demos al tiempo, él es lo que es, y sigue su camino sin tenernos en cuenta a nosotros, así que ¡pasemos de él! Mirad, os cuento uno de Forges, que dice que la vida son cuatro días, tres de clase y uno de fiesta, así que aprovéchalo... O a lo mejor no es de Forges, pero ¿qué importa?

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  9. Es cierto la vida son cuatro días y tres nos salen nublados. habrá que aprovechar los días de sol y hacer acopio para cuando vienen los nublados.

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