«-¿Sabes que no había pensado, Enaiat?
-¿En qué?
-¿En qué?
- En el hecho que sentir es muy diferente de mirar. Es menos doloroso, ¿verdad? Permite jugar con la fantasía, transformar la realidad». *
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Cuando leí parte de este diálogo, me acobardé de inmediato y pensé que si dejaba de mirar, de prestar atención a lo que veía, intentado emular a Enaiatollah Akbari, entregándome sólo a los sentimientos, fantaseando con ellos, podía acabar convirtiendo mi vida en un sufrimiento continuo.
Comenté el párrafo y afirmó compartirlo de principio a fin. Dijo preferir sentir e imaginar, cómo el único modo que conocía para subsistir en un mundo que había adoptado una tonalidad absolutamente gris. Dijo que sólo de esa manera, sintiendo, imaginando y viviendo en un mundo creado a su medida, podía controlar la intensidad de su dolor y de sus alegrías.
Cerré el libro, habían dejado de interesarme las desventuras de Enaiatollah. Me pregunté quien había cambiado al ser pragmático que un día fue para transformarlo en un individuo sentimental y soñador, cuasi enamorado de su nuevo mundo.
Corrí hacia el espejo, llevé las palmas de las manos a mis mejillas, y me sentí. Sólo así supe que mi desmadejado yo, seguía intacto aquí y allí también .
© Fotografía naq
* "En el mar hay cocodrilos. La verdadera historia de Enaiatollah Akbari" de Fabio Geda.
¿2 en 1? ¿Pragmática y soñadora? ¿Blanche et Noire? ¡Bipolar!
ResponderEliminarAs always, Valls.
ResponderEliminarSí. Cuando se toca uno delante del espejo, siente que estorba en las dimensiones espacio, tiempo.
ResponderEliminarYo no me asustaría al sentir mi yo resquebrajado, hace mucho tiempo que no tiene nada que ver con lo que reza en nuestro carné de identidad, esa unidad intocable.
ResponderEliminarAndrés, profesor de yoga y socio, me dijo un día que la sensación más traumática cuando inicias la andadura de la meditación, es darte cuenta que después de un monton de años eres un perfecto gilipollas. Con bondad añadía que es conveniente que lo sientas lo antes posible porque si no es así, es una asignatura pendiente. (Yo, mi, me, conmigo)
PD: Durante un tiempo, cuando conocía a alguien preguntaba de manera mecánica que tipo de música le gustaba. No siempre coincidia la calidad de su buen gusto con su calidad humana. Ahora les pregunto si son unos perfectos gilipollas, y por supuesto la mayoria me mandan a la mierda. Pero algunos no.
Si una cosa tengo clara es que soy una perfecta gilipollas y eso que mi gusto musical es excelente ;-)
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