Una sola palabra de un mal gusto increíble, al menos para dejarla por escrito, me ha torcido el gesto y la tarde. Me la tuerce, me la fastidia y me la manda al guano. Empecemos de nuevo.
Un par de tapones de silicona, Ray-Ban de espejo para oscurecer la tarde ya gris, todos los suplementos dominicales y mi butaca preferida para una silente sobremesa que, contra todo pronóstico, comienza a las siete de la tarde. Guardo el reloj bajo el cojín y miro al techo mientras pienso que me viene al pelo aquello de “Me relaciono muy bien con animales, bebes y amantes, todo lo que no habla”, es como si Alicia Giménez Bartlett hubiera diseccionado mi cabeza.
De fondo Domenico Scarlatti para no oír. Creo que voy a colgar el cartel de cerrado en breve.
Crrar con Domenico Scarlatti, no está nada mal.
ResponderEliminarAhora te tengo que desear buena noche.
Ahora estamos en la noche.
Un beso.
hay palabras-dardo, como decía carreter, que impactan en el mismo centro de la diana, por no decir en el mismo centro de los cojones. nada que no pueda enderezarse, espero.
ResponderEliminarIgual que una sola palabra te fastidió la tarde, unas sola palabra bastará para sanarte.
ResponderEliminar¿Tú crees?
ResponderEliminarSi, lo creo. Es más lo sé.
ResponderEliminar¿estamos pitonisos?
ResponderEliminarSí, no lo puedo negar. Yo sé cosas.
ResponderEliminarUmmmmm!!! vaya además de pitoniso es como Rubalcaba...me da miedo dostor
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