miércoles, 27 de enero de 2010

CAFES Y CORTADOS



Un día cualquiera, de lunes a viernes a la misma hora. Cruce de buenos días. La barra llena. Codo con codo, un café y un cortado apresurado. ¿Qué se debe?
Miércoles. La misma hora de siempre. La barra vacía ¿Qué extraño? Un café. Arruga la nariz, está demasiado fuerte, hoy no sabe igual. Mientras lee la prensa, se frota el codo para aliviar el hormigueo que siente desde que se acodó en el mostrador. Apura el café mientras se cuelga el bolso. ¿Qué se debe? El camarero hace un gesto con la cabeza, señalando una mesa mientras dice que está pagado.
Vuelve la cabeza, colocando un mechón de pelo detrás del oído. Hoy los cortados y los cafés serán por lo menos dos, tomados sin prisa y en una mesa.
Por el camino pensarán la excusa por la que llegaron tarde a trabajar.

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