sábado, 3 de octubre de 2009

VIVIR ARRASTRADO POR AGUAS FREÁTICAS



Siempre me pregunto si no hablar de las cosas hace que éstas no existan o que las que exististieron desaparezcan hasta convertirse en nada. Dejar de hablar de esto o de aquello, ¿Es un síntoma o una enfermedad? es la siguiente pregunta que siempre cae en ese monólogo interior permanentemente inacabado.
Evitar las charlas sobre algo que importa o que aturde; o hacer ver que nunca se ha dicho lo dicho, aún cuando las palabras hayan salido de lo más profundo y de la manera más acalorada del mundo, nos torna inseguros y hace que lo dicho, incluso lo no dicho, termine borrándose de la vida, desdibujándose hasta el punto de llegar a creer que nunca se dijo nada o que nunca se pensó en decir lo pensado. Así no volvemos un poco más locos, un poco más duros.
La imaginación es libre y va a su aire. La necesidad es poderosa y la necesidad de supervivencia lo es muchísimo más. Poner antifaces a la realidad no sirve de demasiado cuando lo que pretendemos es ocultar lo que no queremos que se vea pero que ahí está. Las corrientes freáticas no se ven, pero se sienten y esos ríos interiores son imparables, arrastran todo lo que se pone por delante.
Escuchar el “run-run” que recorre los rincones del alma sirve para sentirse vivo, no necesariamente feliz, pero sí vivo. El tiempo no cura nada, sólo anestesia. Este adormecimiento inducido es lo que nos permite continuar el camino aunque sea con las heridas abiertas y el virus de la perdida inoculado hasta la médula.
Porque estamos perdidos, porque hagamos lo que hagamos, las heridas se convertirán en cicatrices, marcas tan visibles para un mismo que cada vez que las veas te recordarán donde estuviste, lo que fuiste, lo que ganaste y lo muchísimo que perdiste por el camino. Y es que las perdidas, por su propia naturaleza, siempre restan nunca suman.


PD.: He pasado una noche maravillosa con 3 de mis mejores amigos, tres tios estupendos y con "S", que nos dejó demasiado pronto pero hoy ha estado de copas con nosotros. Eso no lo cambio por nada.


Celtas Cortos - 20 De Abril





4 comentarios:

  1. Doña Anita : Lo tengo que decir,cuanto más te leo más me gustas ¡¡¡

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  2. Cuando contamos cosas interiores hay algo de catarsis, aunque no se sabe si realmente el hablar interioridades forma parte del los mecanismos de defensa.
    Kenit

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  3. Pues vete a saber Kenit. Nunca se sabe aunque imagino que para algunos puede ser un mecanismo de defensa y para otros la simple constatación de una realidad. Ya lo dijo aquel "facts are facts". En cualquier caso, cuando lo escribí lo pensaba, hoy, cuando lo relee, sigo pensando lo mismo

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  4. Repito mi comentario de Marzo.
    Y añado : En ni caso "contar", es terapia.

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