He comenzado a hacer mi declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas correspondiente al año 2009. Lo llevo mal. Tan mal como cuando me anuncian los recortes municipales y, en consecuencia, la revisión de mis contratos, tan mal como cuando me confirman la suspensión de todo tipo de colaboraciones externas, tan mal como cuando veo que el kilo de tomates ha pasado de 0,95 Euros a 2,50 Euros en menos de una semana, tan mal como cuando leo en la prensa que los chorizos más monumentales que el “oasis” ha gestado en los últimos tiempos, ya pasean en sus coches de varias decenas de miles de euros y que, en breve, surcarán las aguas del Mediterráneo con esos barcos que YO he pagado, que TÚ has pagado y que ELLOS NO han pagado, sólo los han robado. Sí, lo llevo mal, fatal.
Por lo general y, en realidad, también por lo particular, creo en una sociedad en la que todos, absolutamente todos, paguemos nuestros impuestos sin defraudar ni una sola peseta, mejor dicho ni un sólo euro. Pero como aún soy un poco boba, también creo que deberíamos vivir en una sociedad donde los salarios permitieran a la gente vivir y que, el tan manido Salario Mínimo Interprofesional de verdad sirviera para que las necesidades más elementales estuvieran cubiertas.
Y digo que lo creo, y así lo quiero, porque necesitamos una sanidad en condiciones que, no sólo tenga remedio a nuestros males sino que además éste nos llegue a tiempo; que tengamos unos transportes públicos que nos permitan ir de una punta a otra de nuestra ciudad, transbordando de unos medios de transporte a otros, por algo tan módico como es 1,40 Euros en mi ciudad (bastante menos en otras); porque necesitamos guarderías que atiendan a los más pequeños, en horarios compatibles con los laborales y sin que los padre tengan que dejarse la hijuela pagando estos servicios; porqué me gusta ver limpias las aceras por las que camino y que los parterres de la ciudad luzcan frondosos cuando toca; para que al llegar a la vejez uno pueda vivir con dignidad con las prestaciones públicas que le corresponden y no tenga que mendigar socialmente; porque quiero que los niños que acuden a las escuelas públicas tengan bibliotecas bien surtidas, equipos informáticos, profesores de idiomas, buenas escuelas deportivas, comedores en condiciones; porque quiero que existan Servicios Sociales que verdaderamente puedan atender con recursos a los ciudadanos. Por todo eso y por otras cosas, yo pago muy satisfecha mis impuestos y, puedo asegurarles que no son pocos.
Pero me pongo de mala leche, de muy mala leche, cuando llegan días como hoy, en los que me toca sentarme frente a mis papeles, con el gestor al lado, para preparar la declaración del impuesto sobre la renta, y pienso en que ese esfuerzo que algunos hacemos (porque Hacienda, aunque el eslogan diga lo contrario, no somos todos), servirá para que alguien se hinche a robar, para que otros se dediquen a dilapidar, mal gestionar y a dejar nuestro sistema fiscal y de pensiones hecho un Santo Cristo, entre otras cosas.
Por eso, yo que no soy nadie y mis peroratas a nadie interesa, pero pago religiosamente todos y cada uno de los impuestos con los que se me grava, puedo decir que YO QUIERO PAGAR IMPUESTOS, pero quiero pagarlos para que sirvan para lo que he dicho antes, no para que los "listos" que nos manejan se pongan morados a robar y mal gestionar.
Este país cada vez huele peor y al final siempre pagamos, en todos los sentidos, los mismos.
P.D.(Que nadie se asuste, la mala leche se me irá pasando, poco a poco, sólo volverá cuando retome la lectura del expediente Caso Pretoria o la trama Gürtel, o vea el panorama que tiene por Palma de Mallorca)
Pink Floyd -
Te noto cumplidora. Y eso habla muy bien en tu favor.
ResponderEliminarEstás nominada.
Un beso.
Tengo un saco de "gallifantes" en mi haber. Cosas del cumplimiento. Besos
ResponderEliminarDe acuerdo con pagar cuanto nos corresponda a cada uno según nuestros ingresos. De acuerdo con detestar a los políticos chorizos. Pero es que hay tantos miles y miles de libres profesionales defraudando durante tantos años y tantas fortunas españolas evadidas en los paraísos fiscales, que hasta que no les metan mano, poco avanzaremos.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana!
Si no ponemos de nuestro bolsillo esto no se sostiene, ni se sostendrá. Pero la bolsa de fraude no está sólo en los profesionales liberales, eso sería muy sencillo, está tan extendido, incluso entre los asalariados que cobran prestaciones de desempleo o pirmis y trabajan en negro que, cargar tintas sobre un sólo colectivo es un tanto injusto. En cualquier caso, que cada uno pague lo que toca, que nadie robe y que la administración gestione mirando la "pela" como se hace en las economías domésticas. Aún recuerdo una política que dijo "el dinero público no es de nadie" y ese es el gran error, el dinero público es de TODOS y para todos.
ResponderEliminarEn fin. Que buenos días y mejor comienzo de semana. Un saludo "Montes" :)
Llevas razón Anita. Yo vivo rodeada de ellos (de los liberales q no de los libres ) y es donde más me duele. Pero hay tantas alfombras que levantar para limpiar debajo que a ver por donde se empieza ¡Qué vértigo da esto!
ResponderEliminarSí, lo da.
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