jueves, 15 de marzo de 2012

ASIENTO 3A

María miraba el ala del avión esperando que el pasaje abandonara la cabina. Las prisas no iban con ella, por eso, en cuando los cinturones empezaban a desabrocharse antes de hora, la gente se levantaba para aguardar de pie en mitad de un pasillo estrecho e incomodo, ella giraba la cabeza y contemplaba el ir y venir del personal del aeropuerto. Fue así, cuando ya no quedaba nadie cuando vio, a su lado, un portafolio olvidado.

Pensó en entregarlo a la azafata pero, posiblemente, su propietario, un tipo que no dejó de leer, durante todo el trayecto, el último ejemplar de su periódico habitual, podía necesitarlo con cierta urgencia. Lo abrió y encontró, colocada en la solapa, una tarjeta. Un nombre, un teléfono y un correo electrónico.

Media hora más tarde, María entraba en la oficina. Entregó la enigmática carpeta en recepción y dio instrucciones para que se avisara al propietario. No volvió a pensar en ello.
           
-Soy Javier. Quiero darte las gracias como es debido. Me salvaste una reunión importante. El viernes estaré en Madrid de nuevo. ¿Tomamos un café?

El contenido del correo, la sorprendió, no conocía a Javier, ni sabía de qué reunión le hablaba, así que contestó con un conciso: Ha equivocado el destinatario. No volvió a pensar en ello.

A las dos semanas de recibir el correo desconocido, María recibió en su oficina una nota junto el resguardo de una tarjeta de embarque. En la nota un mensaje conciso: “Soy el pasajero del asiento 3A, vuelo IB 3456 Barcelona-Madrid, 9 de marzo. Mi nombre es Javier. Y ahora, ¿tomamos un café?

María miró por la ventana. Tras el cristal no había ningún ala que mirar, ni personal trasteando maletas, pero lucía un sol espléndido, sobre la mesa, junto a sus expedientes, un ejemplar del mismo periódico que leía el pasajero del 3A,  y se dijo ¿Por qué no?

Marlango - I do

9 comentarios:

  1. Casi siempre las cosas empiezan así, con la misma pregunta... ¿Por qué no?

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  2. Unnn. Acabas los relatos cortados por un cuchillo de filo extrafino.
    -¿Hubo cositas?
    -Y como la canción. Cómo era Él.
    Un chucho.

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  3. Muy bueno, Noire.

    Cómo se enteró el pasajero del 3A de la dirección de correo electrónico de María?

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  4. Otra pregunta. Estás segura de que el pasajero se sentó en el asiento 3A. Yo creo que debió ser en el 23A. Y tengo buenos motivos para creerlo.

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  5. Sí, Pilar así comienzan.
    Kenit, él era como, com, como... No sé.

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  6. Fâcil Carlos. Desde recepción avisaron a Javier y éste muy agradecido pidió por la persona que encontró el portafolios, le dijeron que no estaba en ese momento y pidió el nombre y correo de la persona que lo había localizado para dar las gracias como dios manda. La secretaria nunca ha podido resisitirse a 1,80 de caballero y menos cuando tiene sonrisa "denticlor".

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  7. Pues no sé cuales son las razones que te llevan a pensar lo del 23A, a ver digameló.
    Por cierto, hoy tiene la 31C

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  8. Por que el 3C es bisnes y en cuanto el avión llega los pasajeros allí sentados se levantan y salen. No hay por que sufrír la incomoda espera en el pasillo. Ahora mismo yo estoy en el 21D

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  9. Pues debes tener razón, sólo a mitad de cabina se ve el ala. Yo acabo de aterrizar. Voy a por un café en la T1 antes de seguir camino a casa, que tengas un buen vuelo y vigila lo que dejas en el asiento de tu lado o lo que se te cae en el bolso de la pasajera vecina :)
    Feliz finde.

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