En el lado derecho de la cabeza, se mueve “A”, grande, mayúscula, segura de si misma. En el lado izquierdo de la cabeza se mueve “a”, pequeña, minúscula, vistiéndola mil inseguridades. Han coincidido en el sistema límbico del cerebro y sentadas sobre un neurotransmisor discuten sobre la capacidad de supervivencia de una y otra. Debe ser por eso que hoy tengo una jaqueca descomunal y que a ratos le echo de menos y a ratos no.
Dales un poco de cerveza. Ya vas a ver cómo llegan a un acuerdo... ;-)
ResponderEliminarYo no lo logro. Pero el truco está en que se hagan amiguitas A y a , en que se ayuden la una a la otra...y sobre todo se soporten.
ResponderEliminarVaya, no sabía que existía ese dilema cerebral, muy bien resuelto. Un beso
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