Titular en la prensa “Serrano denuncia un genocidio de hombres. El juez dice que muchos hombres se suicidan por denuncias falsas de mujeres”.
Para quien no sepa quien es Serrano, decir que Francisco Serrano es el Magistrado del Juzgado de Primera Instancia núm. 7 de Sevilla, un Jugado con competencias exclusivas en procedimientos de familia.
Esa es una de las muchas cosas buenas que tiene Sevilla, no me refiero a Paco Serrano (que como persona también lo es), sino a contar con una Jurisdicción propia en Familia. Debo decir, además, que la Sentencias que emanan de aquellos Juzgados y de su Audiencia Provincial suelen ser bastante novedosas en el tratamiento de situaciones altamente controvertidas en materia de Derecho de Familia. No voy a quitar méritos a nadie pero desde luego, en ese aspecto hay muchas cosas que se le deben agradecer a Paco Serrano. Sin embargo, reconozco que D. Francisco no es santo de mi devoción. Lo reconozco y lo digo abiertamente. No me gustan los Jueces mediáticos.
Quienes me conocen saben cual es mi posición en los temas de igualdad y también en como creo deben llevarse a cabo la resolución de los contenciosos en materia de derecho de familia. Por eso mismo no me gustan las declaraciones de Francisco Serrano, entre otras cosas porque no son ciertas.
No se está produciendo ningún genocidio, si bien es cierto que se están produciendo situaciones muy injustas y con unas consecuencias terribles para quienes las sufren. Me consta la sensibilidad de este Magistrado con las víctimas de violencia y me consta que no le tiembla el pulso frente a la hora de adoptar medidas que protejan los intereses de los más desprotegidos y necesitados, sea una mujer, un hombre y sobre todo, niños.
Debo decir que ignoro si existen muchos o pocos suicidios entre los hombres que han sido denunciados por sus esposas, ex –esposas, compañeras, amantes, etc. O si los suicidios en cuestión, esos a los que remite Serrano se producen una vez tienen una Sentencia en un procedimiento de familia. Lo mismo que ignoro si muchas mujeres se suicidan por los mismos motivos.
Lo ignoro y no me interesa, todo y que a él, al Magistrado Serrano, si que debería de interesarle y mucho pues el dispone de medios para evitar situaciones radicalmente injustas.
Me explicaré. Cuando una persona es injustamente tratada por las instituciones a partir de la falsa denuncia interpuesta por una mujer (creo que esta es la premisa de la que parte Serrano), significa que el sistema, entre ellos, el Judicial ha fallado estrepitosamente. Si se sabe que existen denuncias falsas (que las hay), si se sabe que hay denuncias para precipitar la adopción de unas medidas civiles (custodia, domicilio, alimentos, etc.) en los procedimientos de familia, lo que debe hacerse es perseguir, hasta sus últimas consecuencias, a las personas (mujeres, en el caso que indica Serrano), que interpusieron tal denuncia.
No debemos olvidar que una denuncia no es más que la puesta en conocimiento de unos hechos ante las personas que tienen obligación de investigar los hechos denunciados, y esta obligación de investigar la tiene entre otros el Juzgado de Instrucción que corresponda. Y el que finalmente tienen la obligación de determinar si los hechos denunciados merecen ser castigados o no, es el Juez de lo Penal. A donde quiero llegar pues a dejar bien clarito que son los propios Jueces los que, con conocimiento de las Causas, deben pronunciarse sobre la falsedad o no de las denuncias que caen en sus manos y son los que deben promover, sin que les tiemble el pulso, las famosas denuncias falsas.
Por eso creo que, en el denominado “genocidio” de Serrano, algo tendrá que ver la posición que desde la Judicatura se adopta para el tratamiento de todas estas cuestiones.
No nos queda otra que pedirle a la Judicatura que deje de cogérsela con papel de fumar, que reconozca la existencia de cientos de denuncias que no deberían llegar nunca a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (una jurisdicción bochornosa por muy constitucional que haya sido declarada), sino que deberían tramitarse por la vía penal ordinaria (si los hechos son constitutivos de infracción penal) y que son ellos los que deben evitar, con la persecución implacable de las falsas denuncias, el “genocidio” de Serrano.
Y por último, la justicia se imparte con excelentes y exquisitas resoluciones judiciales no con titulares de prensa.
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