martes, 27 de abril de 2010

VUELTAS


Dice que no se encuentra bien y le creo. Lleva días que apoya su mano en el estómago cada vez que me dirige la palabra. Inspira el aire entrecortadamente y lo expulsa poco a poco, como si le diera miedo ahogarse. Envejecer y rejuvenecer en un corto lapso de tiempo, buscando una inmortalidad imposible, no es más que una alucinación momentánea.

Cree que no sé lo que lleva varios días intentado decir, pero lo sé. Como sé, también, que no lo hará.

Conozco esos círculos negros alrededor de los ojos, esa voz pesada, arrastrada casi perdida. Conozco ese respirar mortecino, ese llegar a casa cada día más tarde, las mil vueltas en la cama antes de dormirse cuando empieza a despuntar el sol.

Por eso no me sorprende. Nada puede hacerlo ya, porque, en un tiempo no muy lejano, cuando creía que todo lo podía, apoyé la mano en el estómago mientras le besaba, inspiré entrecortadamente mientras me perdía en un mundo artificial e inexistente y porque también recorrí el mundo de arriba abajo a fuerza de dar vueltas en la cama buscando a alguien que allí no estaba.

Kurt Elling - Time to say goodbye (A remark you made)

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